El próximo 1 de junio, las calles de Cotacachi y de la parroquia de Quiroga se transformarán en un escenario donde el tiempo parece detenerse. La edición número 29 del Paseo del Chagra, organizada por el Club Hípico Chagra Quirogueño, promete ser una ventana abierta hacia esa Cotacachi profundo que late en cada rincón. No es solo una celebración más; es el corazón mismo de una identidad que se niega a desaparecer entre el asfalto y la modernidad.
La chagrería no es una tradición pintoresca para turistas ávidos de elementos identitarios. Es la esencia misma de los Andes ecuatorianos, donde hombres curtidos por el viento del páramo escribieron la historia a caballo, arreando ganado bravo por senderos imposibles y tejiendo redes comerciales que conectaban los páramos helados con los valles cálidos de Intag. Cada zamarro de cuero, cada sombrero ajado por el sol, cada poncho que abraza contra el frío, cada bufanda que protege del viento cortante, cuenta la historia de generaciones que hicieron de la tierra su hogar y del caballo criollo su compañero inseparable.
El Paseo del Chagra de Quiroga – Cotacachi, ha sabido reinventarse sin perder su alma. Bajo la presidencia de Camilo Unda, la celebración ha recuperado elementos propios de la chagrería como el acarreo de chamarrasca y los toros populares, mientras incorpora elementos únicos que la distinguen de otras festividades similares. La elección de la Chagra Warmi y la Chagra Niña no es solo un homenaje a la belleza; es el reconocimiento del papel fundamental de la mujer en la preservación de estas tradiciones. Los concursos de caballos de alta escuela elevan la fiesta a un nivel donde la destreza ecuestre se convierte en arte puro, mientras las carreras despiertan esa pasión ancestral por la velocidad y la competencia.
La magia del evento se extiende más allá del día principal. Del 31 de mayo al 1 de junio, Quiroga se viste de gala con ferias productivas y artesanales que muestran el talento de manos que han heredado saberes milenarios. Es aquí donde el visitante puede llevarse un pedacito de esta cultura: textiles que cuentan historias, alimentos que saben a tradición, artesanías que son pequeñas obras maestras nacidas del amor por la tierra. La gestión de Camilo Unda, junto al concejal Marcelo Montenegro, ha logrado el respaldo de la Prefectura de Imbabura, el GAD parroquial de Quiroga y el Municipio de Cotacachi, convirtiendo esta celebración en un verdadero proyecto de rescate cultural.
El horizonte del Paseo del Chagra apunta alto: la declaratoria como Patrimonio del Ecuador. Y no es un sueño descabellado. Esta fiesta posee características únicas que la convierten en un tesoro cultural invaluable, donde cada elemento tiene raíces profundas en el territorio y cada tradición está viva, palpitante, real. Ser testigo del Paseo del Chagra no es solo presenciar un espectáculo; es sumergirse en el alma de un pueblo que ha sabido mantener viva su identidad. Es sentir el galope de la historia bajo los cascos de caballos que siguen siendo, como hace siglos, los verdaderos señores de la historia de Quiroga.